Luego de la caída del campo socialista,
parecía que ya no habrían mas confrontaciones y que la ideología
socialista como alternativa al capitalismo había fracasado, lo cual
llevo a uno de los ideólogos más importantes del neoliberalismo a
anunciar el fin de la historia, todos saben que me refiero al japonés
Francis Fukuyama.
Fukuyama, cae en el optimismo de asumir
que la ideología occidental se impuesto al mundo (por lo que se acepta
su superioridad sobre las otras, incluyendo a la sabiduría oriental,
incomprendida por la mayoría de los occidentales). Y opina que el resto
de las alternativas ideológicas se han agotado y considera que el
triunfo del liberalismo es inevitable tanto en el plano de la
consciencia como en el material. Lo que quiere decir que no existirán
mas ideologías, al menos no tendrán fuerza para oponerse a la ideología
del mercado por lo que al quedarse la humanidad sin ideologías
alternativas, estaremos, entonces, ante el fin de la historia, donde una
sola ideología, la neoliberal, predominará por los siglos de los
siglos.
Siguiendo a Hegel, Fukuyama, cree que el
fin de la historia se produce en un momento absoluto, cuando triunfaba
la forma definitiva, racional de la sociedad y del Estado. Estamos
hablando de una ideología única o de un mundo único (Los defensores de
la poshumanidad también hablan de alcanzar un único mundo).
Para Hegel la consciencia en la causa que
mueve a los acontecimientos entendidos como ideologías, las cuales no
se limitan solo a la política sino también a la religión, la cultura y
el conjunto de valores molares subyacentes a cualquier sociedad. En
cambio Marx, relego toda la esfera de la consciencia (religión, arte,
cultura, filosofía) a una superestructura que estaba determinada por el
modo de producción prevaleciente (ver concepto de superestructura).
Por otra parte, Marx afirmaba que en la
sociedad liberal existía una contradicción fundamental que no podía
resolverse dentro de su contexto, la que había entre el capital y el
trabajo. Cuando en realidad las contradicciones nacen, no del contexto
social, que es donde se reflejan, sino dentro de la consciencia o
mentalidad que se ha ido conformando y de la que nace la ideología y el
accionar en el mundo.
Siguiendo las ideas de Fukuyama las ideologías han pasado por las siguientes fases.
• Tribales
• Esclavistas
• Teocráticas
• Democráticas (capitalistas).
Y las alternativas que han surgido a la ideología del neoliberalismo son:
• Fascismo
• Comunismo
• Nacionalismo (Nacional socialista)
• Estado teocrático (Islam)
Fukuyama considera que las dos primeras ya han fracasado. Y que las
religiones solo funcionan a nivel individual con excepción de la
musulmana.
Para Fukuyama una vez desaparecidos los
grandes desafíos del fascismo y el comunismo como ideologías
alternativas, el camino estaba libre para la ideología neoliberal. Y se
preguntaba ¿si podían existir otras contradicciones en las sociedades
liberales que no pudieran resolverse? O sea. ¿Existen otras
contradicciones más allá de las de clases que no puedan resolverse?
Fukuyama plantea dos: la religión y el nacionalismo.
Aunque acepta que existe un renacimiento
de las religiones cristiana, judía y musulmana, debido al vacío
espiritual que produce en nodo de vida consumista, afirma que no se
necesita de la perspectiva de la religión. Después de la revolución
científico-técnica y con ella, la aceptación de la razón instrumental;
todos los pensadores, que se consideran “serios”, tienden a ignorar la
dimensión espiritual en el ser humano, un error que también cometió el
marxismo; lo cual no sucede con las nuevas tendencias socialistas en
América Latina cuya matiz religioso es evidente.
Fukuyama, no puede escapar a su contexto
social y como representante de la ideología dominante afirma que la
mayoría de los países del tercer mundo (los del sur) seguirán atrapados
en la historia y será motivo de conflictos por muchos años. De ahí que
os que los ignore y se concentre en los países desarrollados del norte.
En su pensamiento está arraigada la idea que las civilizaciones
superiores deben dominar a las civilizaciones inferiores, para acabar
con la barbarie.
Fukuyama, ve el fin de la historia como
algo repetitivo y monótono donde una de las preocupaciones seria el
medio ambiente (no ve las consecuencias reales del deterioro del
planeta). Lo que quiere decir que llegaremos a un futuro sin
contradicciones ni luchas de clase, ni problemas ecológicos y que las
tecnologías estarán en función del libre mercado y del crecimiento
económico el cual parecería ser infinito y las desigualdades sociales
dejarán de ser un problema (al menos en el sentido político) ya que la
pobreza se irá reduciendo mientras la riqueza seguiría aumentando. Ni
que decir de los países del sur (tercer mundo) los cuales prácticamente
no son parte de esta historia. Por suerte hoy son los países del tercer
mundo los que están haciendo la historia.
La historia reciente ha demostrado todo
lo contrario y muchos de esos países del sur hoy forman parte de las
nuevas naciones emergentes, sino piensen en las BRICS.
Sin embargo, diez años después Fukuyama
reconoció su error al querer predecir el fin de la historia basándose
solamente en la evolución progresiva de las instituciones políticas y en
la economía sin tener en cuenta el progreso tecnológico. Y dijo,
entonces: la historia no puede terminar, puesto que las ciencias
naturales (se refiere a la biotecnología) actuales no tienen fin, y
estamos a punto de alcanzar nuevos logros científicos que, en esencia,
abolirán a la humanidad como tal (existe una transición del fin de la
historia al fin de la humanidad).
Por lo que acepta que el principal
defecto del fin de la historia es no reconocer que la ciencia puede no
tener fin (el progreso tecnológico es cada vez mas autónomo y acelerado)
y su preocupación se centra fundamentalmente en el desarrollo de la
biotecnología y su posibilidad de cambiar los límites de la naturaleza
humana.
A Fukuyama le preocupa el poder de la
biotecnología (ignora el resto de las llamadas tecnologías convergentes,
NBIC) y su intervención en la naturaleza humana, a lo que dice: la
biotecnología podrá lograr lo que las radicales del pasado, con sus
técnicas increíblemente crudas, eran incapaces de conseguir: generar un
nuevo tipo de ser humano. Y cree que no será fácil separa las
tecnologías de uso terapéuticos de las de mejora.
En uno de sus artículos considera al
transhumanismo como la idea más peligrosa del mundo y arremete contra él
cuando dice: la falta de respeto que enfrentamos, la insatisfacción con
nuestra situación actual, que ha sido el sustento de la Historia como
tal, de repente desaparecen, no como resultado de la democracia liberal,
sino porque súbitamente hemos descubierto como alterar esa pequeña
parte de la química cerebral que era desde un primer momento la fuente
del problema.
Yo pienso que fueron varios los errores presentes en el fin de la historia:
• Negar la condición espiritual humana y la necesidad de un cambio de mentalidad.
• No tener en cuenta el progreso tecnológico (el único que el acepta actualmente pero refiriéndose a la biotecnología)
• Negar el poder renovador del socialismo y su adaptación a los nuevos tiempos.
• Prácticamente excluir a los países del sur de la historia
• Ignorar no solo lo injusto del modelo capitalista sino también la
pérdida de valores espirituales y el afán de llenar ese vacío por medio
un consumismo creciente y desmedido
• Subestimar las consecuencias del deterior del planeta y la crisis ambiental en la que estamos abocados.
Una vez aceptado, como su único error, el
no haber considerado el progreso tecnológico (muy común en el
pensamiento convencional vigente) Fukuyama acepta como inevitable el
paso a un futuro poshumano y dice: el carácter abierta de las actuales
ciencias naturales indica que la biotecnología nos aportara en las dos
generaciones próximas las herramientas que nos van a permitir alcanzar
lo que no consiguieron los ingenieros sociales del pasado. En ese punto
habremos concluido definitivamente la historia humana porque habremos
abolido los seres humanos como tales. Y entonces comenzara una nueva
historia poshumana.
Al final, Fukuyama pasó del optimismo
capitalista a compartir el pesimismo ecologista de que nos encontramos
ante el final de la especie humana, solo que la mayoría de los
ecologista siguen sin tener en cuenta la dimensión tecnológica y las
consecuencias que esta tendrá, mientras que Fukuyama, como ideólogo del
neoliberalismo, ha visto las contradicciones propias que están surgiendo
y que la única opción viable en el contexto actual (y dada la
mentalidad y la cosmovisión impuesta por el capitalismo) es un futuro
poshumano, y con ello el fin de la historia de la humanidad, tal como la
conocemos hoy.